07 febrero 2010

FUERZA DE ROZAMIENTO


Uno de los tipos de fuerzas que más frecuentemente nos encontramos en la Naturaleza
son las fuerzas de rozamiento, que aparecen siempre que un cuerpo se desplaza
sobre otro o simplemente se apoya sobre el otro.
¿De dónde salen estas fuerzas?
Evidentemente tiene que surgir de las superficies de contacto de los dos cuerpos.
Estas fuerzas tangenciales tienen como característica fundamental que se oponen
al movimiento, lo que no quiere decir que sean absolutamente perjudiciales para
éste, piénsese en la dificultad de caminar por superficies heladas, en las que
el rozamiento se hace prácticamente nulo.
Producen un aumento de temperatura en las zonas próximas a las superficies que
deslizan y son de origen complejo, pero siempre relacionado con las interacciones
que se ejercen entre los átomos y moléculas de las superficies de contacto.
Existen dos tipos de rozamiento el estático y el dinámico: el primero se produce
en el instante de iniciar un movimiento y el segundo el que tiene lugar entre los
cuerpos cuando ya ha comenzado el desplazamiento.
Todos nosotros vivimos inmersos en una mezcla de gases, la atmósfera, que nos
vemos obligados a atravesar cuando nos movemos. Es cierto que la resistencia que
opone el aire es imperceptible cuando movemos un brazo o corremos. Sin embargo,
para los constructores de automóviles los efectos del rozamiento con el aire no
son ni mucho menos ignorables: el COEFICIENTE DE ROZAMIENTO AERODINÁMICO es un
parámetro relacionado con el rozamiento entre el vehículo y el aire.
El agua ejerce fuerzas de rozamiento mucho más importantes sobre los objetos que
se mueven a través de ella. Al desplazar una mano rápidamente por debajo del agua
notamos la resistencia que opone el agua a su movimiento. Si dejamos caer un objeto
macizo y muy denso a una piscina, lo vemos hundirse lentamente. Esto no es extraño,
ya que el agua es mucho más viscosa que el aire.

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