07 febrero 2010

Curiosidades rozamiento


El desconocido inventor de la rueda no sabía nada de fuerzas de rozamiento.
Sin embargo, si se dió cuenta de que mover un cuerpo pesado sobre una plataforma
con ruedas requiere menos esfuerzo que arrastrarlo. No se puede dudar de las
ventajas que esta disminución de la fuerza de rozamiento tiene para poder mantener
en movimiento un coche con un mínimo gasto de combustible.
El rozamiento no puede ser ajeno en tu vida cotidiana, a título de ejemplo:
algunas de las actividades que desarrollamos habitualmente se producen con la
intervención de este tipo de interacción: el profesor escribe en la pizarra
con tiza. Se puede escribir con un lápiz o bolígrafo en un papel. Podemos caminar
por el suelo. A veces intentamos disminuir los rozamientos, para evitar el
desgaste de las superficies que se ponen en contacto, usando lubricantes: el
aceite del motor de los automóviles, el tres en uno de casa, etc.
Sin embargo, recordemos que la fuerza de rozamiento también juega un papel en
la impulsión y la detención del propio coche. Por estas razones, en el diseño
de los neumáticos de un coche hay que llegar a un equilibrio sutil para conseguir
estos dos objetivos: mantener en movimiento el coche con un mínimo esfuerzo y,
al mismo tiempo, que la adherencia de los neumáticos permita acelerar, frenar
y cambiar el coche de dirección con la máxima seguridad posible.
La conducción de un automóvil con las ventanas abiertas crea más resistencia
del aire, y reduce el kilometraje por litro de un 3%. Sin embargo, conducir con
las ventanas cerradas y el aire acondicionado acarrea una reducción del 12% en
ese kilometraje.

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